Culpas y placeres a la hora de comer; tips para ser saludable
La mente juega un papel muy importante en nuestro cuerpo y si bien es cierto que comer es un placer para incluso satisfacer al cerebro, es indispensable considerar algunos puntos esenciales por los efectos que causa en nuestro organismo, tanto positivos como negativos.
Cirse Montes de Oca, coach en apoyo psicoemocional del Método PronoKal, enlista algunas recomendaciones a considerar para comer satisfactoriamente, sin culpa y con resultados que favorecerán nuestra salud física y mental.
La comida no es el enemigo. Comer es necesario y por supuesto, es un placer. Lo importante son las decisiones que tomamos sobre qué, cómo, cuánto y cuándo comer.
La digestión comienza en nuestra mente. Cuando piensas, ves o imaginas tu comida favorita, comienzas a salivar y a segregar jugos gástricos. En ese momento el cuerpo se prepara para la digestión. Sin embargo, cuando decidimos no ser conscientes de este proceso (por estar hablando por teléfono, manejar o trabajar, etc.) no estamos registrando el sabor, el olor, las texturas y el nivel de satisfacción. Por consecuencia, esto minimiza la calidad de nuestro metabolismo entre el 60 y 70%.
Lo que pensamos, sentimos y creemos cuando estamos comiendo, es igual o más importante que lo que ingerimos. Si piensas que los alimentos que vas a comer, te van a engordar o no te ayudarán a bajar de peso, así sucederá. El cuerpo detecta la amenaza del estrés y entra automáticamente en un estado de defensa y de auto protección, ¿cómo? dando la instrucción al organismo de almacenar grasa.
Busca ayuda profesional si lo que deseas es perder peso. Los malos hábitos alimenticios desencadenan problemas como obesidad y sobrepeso, por ello es importante que busques una opción profesional para tener un mejor estilo de vida a través de un método multidisciplinar como el Método PronoKal, un sistema médico avalado por la Norma Oficial Mexicana que además de ser una alternativa en la perdida del peso (hasta el 80% de exceso de peso desde la primera etapa), resetea el metabolismo y ayuda desde cero a crear nuevos hábitos saludables.
Escucha tu cuerpo. La culpa es el resultado de tomar decisiones impulsivas, que después, cuando hacemos un alto las valoramos y fueron en contra de nuestro objetivo. Es mejor cuidar la calidad de los alimentos, prudencia en las cantidades y tener siempre la necesidad de moverse o hacer ejercicio constante.
Identifica el hambre correctamente. Se consciente de tu hambre, identifica si es hambre o antojo, cuánta hambre es, qué tipo de comida se me antoja, por qué quiero comer.
Come de forma consciente y sin distracciones. Estudios recientes indican que comer delante de la televisión aumenta las posibilidades de engordar. Lo mismo sucede con el ordenador o laptop, el celular y un libro, pues desvían tu atención de la comida e impide disfrutar de este acto que, además de necesario, es muy placentero.